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Progreso archivos - José Miguel Torrebiarte

El valor de nuestro Patrimonio Cultural Inmaterial

Por Reflexiones

PRESERVAR Y DIFUNDIR NUESTRA DIVERSIDAD CULTURAL FRENTE A LA CRECIENTE GLOBALIZACIÓN ES NUESTRO DEBER

“Las personas sin conocimiento de su pasado, su origen y su cultura, son como un árbol sin raíces.”

Marcus Garvey

Guatemala es un país con gran riqueza cultural. Por eso, nuestra historia, costumbres y tradiciones son esenciales para comprender nuestra cultura e identidad. Además, es el legado que dejamos a las siguientes generaciones, porque conforme más descubrimos sobre nuestro pasado, generamos una conexión más fuerte para transmitir valores y experiencias.

Estas expresiones vivas que han sido heredadas de los antepasados para que trasciendan, son tan importantes que se les considera Patrimonio Cultural Inmaterial. De esta forma, se visibiliza y promueve el respeto a los diferentes modos de vida.

Una de nuestras tradiciones más conocidas, cada primero de noviembre, es el Festival de Barriletes Gigantes de Sumpango y Santiago Sacatepéquez, donde se conjuga el arte, la historia, un carrusel de colores, sentimientos y unión familiar expresada en nuestra simbología, a través del vuelo de los barriletes que se les considera el nexo entre nuestro mundo y el más allá, cuyo objetivo es ahuyentar a los malos espíritus.

Esta celebración implica la dedicación de los artesanos con meses de anticipación quienes trabajan en su diseño y preparación hasta el día de la festividad. Lo más resaltante que podemos observar es que se trata de una tradición cuya técnica de desarrollo es una herencia que enorgullece a la comunidad, puesto que se transmite de generación en generación. Es ahí donde la trascendencia logra hacer de esta celebración un patrimonio cultural para nosotros. 

Los que hemos asistido a dicha festividad, vemos que es un trabajo conjunto, de unión y de fuerza de más de 10 personas para levantar estos ‘gigantes de colores’ lo más alto posible, quienes con destreza, juegan con la condición del viento. Toda una expresión cultural que es admirada por los miles de turistas que acuden cada noviembre para disfrutar, conocer y vivir este valioso acontecimiento.

Como otro ejemplo de Patrimonio Cultural Inmaterial es la Ceremonia de la Nan Pa´ch, ritual de veneración del maíz donde se agradece por la buena cosecha. Para ello se elaboran altares, que son adornados con bebida, comida, licores y muñecas con cuerpo de mazorcas de buen tamaño. Todo esto es acompañado de música, plegarias y danza. Así se refuerza la identidad de la comunidad de San Pedro Sacatepéquez, mediante el respeto y conservación de la naturaleza. 

Sin embargo, como sabemos, la globalización trajo consigo muchos beneficios y consecuencias.  En el 2013 fue inscrita para ser salvaguardada, ante la poca cantidad de asistentes. Este hecho preocupa ya que nuestras tradiciones son parte de nuestra identidad y sin estas ¿qué nos representaría en la sociedad?

Las manifestaciones culturales son invaluables y debemos mantenerlas vivas ya que están llenas de valores, arte, cultura y religión. Conscientes de ello, desde Progreso, bajo nuestro pilar de “Ciudadano Responsable”, tenemos el compromiso de velar e impulsar el desarrollo de las comunidades. Porque solo podemos crecer trabajando con y para la población, a través de valores, propósito e identidad.

Por ello cada tradición debemos conocerla, respetarla, vivirla y amarla.

Cementros Progreso, valores.

Revista Summa | José Raúl González CEO de Progreso, una empresa cimentada en valores

Por Sala de prensa

[Revista SUMMA] José Raúl González CEO de Progreso, una empresa cimentada en valores

121 años respaldan a uno de los grupos más imponentes a nivel empresarial en Guatemala y en la región. Experto en la producción de materiales de construcción y reconocido por su marca líder cementos progreso, destaca por mantenerse fiel a los valores y la visión de su fundador, quien en 1899 creó la tercera fábrica de cemento en América Latina, hoy la única y de avanzada.

Por Alejandra Soto

Los inicios de la empresa se remontan a una época en Guatemala donde el cemento era un producto poco conocido y aún menos utilizado para la construcción. No obstante, Carlos F. Novella decidió romper paradigmas y emprender. Así, sentó las bases de lo que se convirtió en una corporación exitosa, que en la actualidad aún vive con pasión sus valores y legado.

“Como toda gran historia empresarial, don Carlos tuvo muchos problemas y no lograba que su negocio prosperara hasta que una serie de terremotos, acontecidos en 1917 y 1918, destruyen la ciudad de Guatemala, dejan expuestas las construcciones –hechas principalmente de adobe– y causan la muerte a miles de guatemaltecos. A partir de esos lamentables eventos fortuitos, la gente reconoce la calidad constructiva del concreto y del cemento”, recuerda José Raúl González, CEO de Progreso.

El visionario guatemalteco también revolucionó en su época por incorporar integralmente en su estrategia de negocio el componente social, a través de la garantía de condiciones laborales óptimas para los colaboradores y sus familias. En aquel entonces no era algo que se diera por sentado y hoy continúa más que vigente, como uno de los componentes más importantes del ADN de la organización.

“Por supuesto que somos una empresa eficiente, rentable y exitosa en términos de utilidades, pero lo que ha hecho posible su sostenibilidad es el resultado de todo lo que hacemos por nuestros clientes, las comunidades y los trabajadores, mediante los productos de calidad que vendemos, la solidaridad que nos caracteriza y el cuidado de mantener un ambiente de trabajo adecuado. Eso nos da la licencia social para operar, al amparo de la ciudadanía corporativa que nos enorgullecemos de ejercer. Por eso esta empresa se ha vuelto una institución a nivel regional”, asegura González.

Productos que se distinguen

En el mercado guatemalteco existen cerca de 14 marcas de cemento. Dentro de ese portafolio destacan como los favoritos los productos de Progreso, gracias a la gente detrás de su fabricación, llamada a vivir los valores que rigen al grupo, dentro y fuera de la organización. Son cuatro y están debidamente plasmados en un Código de Valores, Ética y Conducta y una Agenda de Liderazgo: liderazgo genuino, comportamiento ético, solidaridad y compromiso con la sostenibilidad de la empresa.

“A partir de esos grandes principios construimos un ecosistema basado en servicio, calidad y compromiso con el resultado, así como en la búsqueda del bienestar de nuestros colaboradores, su desarrollo profesional y personal y el reconocimiento de aquellas actitudes y logros que nos apoyen a todos a alcanzar nuestros resultados”, destaca González.

Siempre un paso más allá

El espíritu innovador de don Carlos Novella ha quedado im- preso en el ADN de la compañía, invitando a cada uno de sus miembros a estar con la punta de lanza de la tecnología para poder ofrecer a sus clientes el mejor producto y la mejor calidad posible.

“Cuando se inventaron los molinos verticales, Guatemala recibió el primero del continente americano en la fábrica San Miguel, en Sanarate. Después, cuando decidimos ampliar operaciones y colocar la planta San Gabriel en San Juan Sacatepéquez, le pedimos al líder mundial en la fabricación de equipos de cemento que nos instalara una fábrica que operara con estándares europeos de calidad y medioambientales, de consumo térmico y eléctrico”, destaca el ejecutivo. Asimismo, la organización posee una unidad llamada Progreso X, encargada de acelerar los proyectos de innovación que se generan, con la finalidad de llevarlos a su máximo potencial. También posee un programa de reconocimiento, Granito de Oro, que premia proyectos de innovación y el desarrollo de nuevos productos, algunos de los cuales ya comercializan.

Metas posibles

A los ojos del CEO de Progreso, uno de los logros más importantes del grupo fue precisamente la finalización de la ya citada Planta San Gabriel, inaugurada después de 12 años, con una inversión cercana a los US$1.300 millones.

“A esta generación de colaboradores de Progreso nos tocó el gran reto de asumir el compromiso frente a la familia y nuestra Junta Directiva para hacer la inversión de capital más grande en la historia del sector privado de Guatemala. Para nosotros, la familia y el país son un proyecto estratégico porque el cemento y el concreto son materiales que definen qué tan eficaz y qué tan eficiente va a ser una nación en el futuro, ya que sin infraestructura no es viable competir con el resto del mundo”, puntualiza.

De la mano de la construcción de la planta, la compañía ha desarrollado una relación genuina con las comunidades cercanas, a través de programas de desarrollo, educación, salud y nutrición, entre otros, aspecto que la caracteriza en cada territorio donde tiene operaciones.

“La instalación de una fábrica del siglo XXI en San Juan Sacatepéquez no podía operar si las poblaciones alrededor nuestro se encontraban en condiciones del Siglo XVI- II. Por eso, lo primero que hicimos fue evaluar cómo podíamos elevar el nivel de nutrición, capacitación y dignidad de las personas indígenas que vivían en la zona”, asegura González.

Fuente: Revista SUMMA

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