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José Miguel Torrebiarte

La infraestructura resiliente es clave para que Guatemala siga en el camino del desarrollo

Por Sostenibilidad

LA INNOVACIÓN EN LA INDUSTRIA CEMENTERA ES FUNDAMENTAL PARA EL DESARROLLO ECONÓMICO Y LA RESILIENCIA FRENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

En nuestro día a día, cada vez es más común enfrentarnos a los desastres relacionados con el clima como inundaciones, deslizamientos de tierra, tormentas, entre otros. Desafortunadamente, según ONU-Hábitat, en el mundo existen mil millones de personas en asentamientos urbanos informales que están particularmente en riesgo de sufrir consecuencias como resultado de estos eventos climáticos. Nuestro país, por su ubicación geográfica, es especialmente propenso a experimentar eventos climáticos adversos, causando que un número significativo de guatemaltecos sea un damnificado potencial de este tipo de situaciones.

En este contexto, para que Guatemala continúe creciendo y ofreciendo más y mejores condiciones de calidad de vida para todos, es necesario no perder de vista que aún tenemos retos en materia de infraestructura resiliente para la mitigación de los efectos del cambio climático. Aunque es normal que en las conversaciones alrededor de la sostenibilidad se prioricen las acciones para reducir la dependencia de combustibles fósiles y el consumo de productos contaminantes; la infraestructura resiliente tiene el potencial de convertirse en la mejor herramienta para que Guatemala administre los efectos del cambio climático, continúe en su senda de desarrollo y ayude en la lucha contra el calentamiento global.

En Centro de Innovación y Desarrollo, de Progreso, hemos desarrollado un pavimento unicapa de alto desempeño, como una solución sostenible y eficiente en un contexto de recursos limitados. A diferencia de los procesos de construcción de carreteras tradicionales, en los que es necesario colocar capas previas para que el pavimento se adhiera y resista el paso del tiempo, este nuevo material ofrece condiciones similares de resistencia y durabilidad, pero son la necesidad de las capas inferiores tradicionales. Es decir, hace más fácil la construcción de vías en zonas apartadas o en terrenos poco aptos, que incluso han probado sobrevivir al paso de tormentas como Eta e Iota.

En Progreso, creemos que nuestro cemento es fundamental para disminuir los factores de riesgo en nuestro país. No solo desde la contribución material en obras de infraestructura como puentes, muros de contención o canalización de ríos, sino también a través de esfuerzos de investigación y desarrollo para encontrar nuevas y mejores formas de incentivar el desarrollo de nuestra infraestructura. Desde el interior de la industria, hemos asumido un compromiso por desarrollar modelos de construcción que sean sostenibles, ambientalmente responsables, pero particularmente, que contribuyan a la adaptación a la vulnerabilidad climática y a la reducción de riesgos para el futuro y calidad de vida de las nuevas generaciones. 

Todos tenemos un granito de arena, desde nuestro rol como ciudadanos y empresarios, que podemos aportar para llevar a buen término las iniciativas que administran los riesgos ocasionados por el calentamiento global en algunas zonas y comunidades de nuestro país. ¡Los invito a ponerse manos a la obra con este tema!

Los bonos de carbono son una oportunidad para la adaptación

Por Sostenibilidad

A TRAVÉS DE ESTE INSTRUMENTO DE COMPENSACIÓN POR LAS EMISIONES DE CARBONO PODEMOS INCENTIVAR PROYECTOS DE SOSTENIBILIDAD EN GUATEMALA

La sostenibilidad y el cambio climático de nuevo han estado en el centro de la conversación mundial a propósito de la conferencia COP 26 de las Naciones Unidas en la que se buscan concretar acciones para que el mundo continúe reduciendo sus emisiones de carbono y evite seguir contribuyendo al calentamiento del planeta. Todo esto, a través de acciones que permitan reducir la huella de carbono e impulsar la resiliencia de las sociedades y países en mayor riesgo. Nuestro país, es por supuesto, altamente vulnerable ante los efectos del cambio climático, y aunque representan menos del 0.10% de las emisiones a nivel mundial, hemos venido realizando diversos esfuerzos para fomentar la adaptación de nuestras comunidades. 

Evidentemente, las estrategias de reducción de consumo y reutilización de residuos son fundamentales para hacer frente a los efectos del cambio climático. Sin embargo, es importante no perder de vista que en la actualidad existen otros instrumentos que son compatibles con el desarrollo que necesita nuestro país para garantizar un mejor futuro para cada guatemalteco. Particularmente, me refiero a instrumentos que nos permiten compensar nuestra huella de carbono a través del financiamiento de proyectos encaminados a reducir de forma general las emisiones contaminantes mientras se generan impactos positivos en lo social. Los bonos de carbono son un instrumento con el que nuestro país puede fomentar proyectos encaminados a proteger, conservar y mejorar los entornos naturales para garantizar la sostenibilidad de los servicios ecosistémicos.

Puntualmente, estos bonos representan ingresos para la financiación de las actividades y proyectos REDD+ de las Naciones Unidas. Iniciativa que tiene como objetivo el reducir la deforestación a través de proyectos de impacto comunitario que mantienen las reservas de carbono mundiales representadas en nuestros bosques. Nuestro país, desde el pasado 13 de octubre, ha firmado el Acuerdo de Pago de Reducción de Emisiones con el Banco Mundial, un hecho histórico que permitirá la compra-venta de hasta 10.5 millones de toneladas de dióxido de carbono en un periodo de cinco años. En este increíble entorno de oportunidad, considero imperativo que el sector empresarial reafirme su compromiso con la sostenibilidad desde una administración responsable de su huella ambiental, haciendo uso de estos y todos los demás mecanismos a su alcance para preservar nuestros ecosistemas.

En Progreso, por ejemplo, trabajamos de la mano de Econova para implementar la norma ISO 50001 en nuestra planta San Miguel. Este estándar internacional nos ayuda a mantener y mejorar los sistemas de gestión de energía en nuestra operación, aportando mayor eficiencia y seguridad desde un enfoque sistémico en el uso de energía. A lo que contribuye no solo a que conozcamos los costos y las oportunidades de mejora en nuestro consumo, si no que también, promueve el consumo responsable de energía para proteger el medio ambiente y disminuir nuestra huella de carbono. Proyectos similares, que generan un impacto positivo en la sostenibilidad, podrían ser implementados en otras empresas que hoy no tienen el músculo financiero para hacerlo, precisamente con la ayuda de la financiación que se puede obtener del mecanismo de los bonos de carbono. 

En definitiva, desde mi propósito de construir juntos el país en el queremos vivir, invito a todos los ciudadanos a considerar introspectivamente que tiempo de acciones podemos implementar para garantizar la sostenibilidad y asumir nuestra responsabilidad ambiental. Al mismo tiempo, en el que seguimos sumando esfuerzos para que a través del desarrollo y crecimiento económico creemos mejores condiciones de vida para todos en Guatemala.