La necesidad de decisiones transformadoras para las futuras generaciones.
En los últimos años el concepto “nearshoring” va ganando un espacio importante en las decisiones o planes de inversión que las empresas analizan para ingresar a mercados emergentes. En términos sencillos, significa «acercar la producción al territorio de consumo». En una descripción más amplia, el nearshoring es un mecanismo que permite externalizar los servicios y operaciones de las empresas a países cercanos, manteniendo el control sobre la calidad y el coste.
Lo interesante es que esta tendencia va ganando popularidad en Latinoamérica y El Caribe, al encontrarse geográficamente cerca de Estados Unidos y Canadá.
Pero, ¿por qué en estos mercados? Parte del atractivo se debe a que posee un huso horario próximo a comparación de otros continentes y ello no solo facilita la comunicación y la coordinación con los equipos, sino que es más eficiente para los tiempos y procesos de supervisión y atención a los problemas que se presenten en tiempo real.
Asimismo, un aspecto clave que propulsa el crecimiento del nearshoring son las políticas y los tratados de libre comercio que se desarrollan en la región, lo cual genera un entorno favorable para las inversiones extranjeras. Debido a que estos acuerdos entre dos o más países permiten brindar un mayor acceso a nuevos mercados, fomentan la reducción o eliminación de las barreras comerciales, como los aranceles, y así dinamizar la economía entre los territorios involucrados. Al respecto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que el avance y la modernización de estos acuerdos permitirían un crecimiento de casi 12% en el comercio intrarregional.
En ese sentido, en el 2004, Centroamérica y República Dominicana realizaron el Tratado de Libre Comercio – Dominican Republic-Central America Free Trade Agreement (CAFTA-DR) con Estados Unidos, esto ha favorecido en la exportación e importación de las materias primas, mercancías, la contratación pública de bienes y servicios, y ha promovido la inversión y expansión de cadenas de producción que son necesarios para esta tendencia.
Esta ventaja se complementa con otra muy significativa que proporciona el nearshoring: el ahorro de costes de producción. La región tiene los salarios y el costo de vida más bajos si comparamos con Norteamérica y Europa, esto exige a las empresas a brindar una oportunidad rentable para los talentos.
Ahora, ¿en qué se traduce esta oportunidad?
Ante esto, el BID indicó que esta tendencia aumentaría la exportación de bienes y servicios en hasta USD$78,000 millones y facilitaría el crecimiento del PIB entre el 11% a 14%, lo que significa el empuje de los negocios en la región. Es decir, este modelo permitirá la creación de puestos de trabajo, de la mano con el impulso de las economías locales y su diversificación.
Como ejemplo que pone en valor la potencialidad del nearshoring, es la planta de ensamble y prueba de Intel en Costa Rica. Con una inversión de USD$1,000 millones y una capacidad laboral de aproximadamente 3,700 trabajadores, esta planta es el centro de producción de microprocesadores y otros componentes informáticos, convirtiéndose en un hub de operaciones importante en América.
De esta manera, se beneficia tanto la empresa como el país donde se encuentran sus nuevas sedes y plantas. Por otra parte, Latinoamérica y El Caribe al ser destinos con gran potencial de talento y recursos, las empresas no sólo se enfocan en sus operaciones sino que también apuestan por la educación mediante diversas iniciativas como donaciones de equipos tecnológicos, programas de capacitaciones y entregas de materiales con el fin de formar profesionales altamente capacitados.
El nearshoring llegó para quedarse y las perspectivas de que siga creciendo son prometedoras. Existen algunos pendientes para consolidar este mecanismo por el que hoy las empresas apuestan, como, por ejemplo, una mejor infraestructura para la ejecución y el traslado de bienes y servicios o una cantera de talentos para ser formados con base en las demandas laborales identificadas. Lo cierto es que Latinoamérica y El Caribe seguirá siendo un mercado emergente y en ese propósito es clave adaptarnos a las nuevas tendencias y abordar los retos, nos permitirá sobresalir ante la competencia y continuar creando puentes entre economías.
Gestionemos el agua de forma responsable, eficiente y sostenible
La importancia de acercar a la juventud a la actividad física y alejarla de las calles
La tradición cultural que transmite el fervor religioso y el legado maya a todas las generaciones.
LA BUENA PRÁCTICA DE LAS PRÁCTICAS DE NEGOCIOS INCLUSIVAS Y LA DIVERSIDAD COMO FUENTE DE TALENTO EN GUATEMALA
NUESTRO COMPROMISO PERPETUO CON EL MEDIO AMBIENTE Y LAS COMUNIDADES
GUATEMALA COMO EL PRIMER PAÍS CENTROAMERICANO EN SER SOCIO DE FITUR 2023
EL PROYECTO “PISOS S3” MEJORA LA CALIDAD DE VIDA DE LAS FAMILIAS GUATEMALTECAS
Durante 2022, el sector construcción en Centroamérica experimentó un comportamiento diverso; hubo grandes oportunidades pero también estuvimos frente a grandes retos. Países como Costa Rica y Nicaragua cerraron el año con una desaceleración en el sector debido a factores como el incremento de costos de producción debido a alzas internacionales en los precios de los materiales ocasionados por el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Por otro lado, el panorama es distinto para países como El Salvador, Honduras y Guatemala, que experimentaron un desempeño más positivo. En el caso específico de Guatemala, el papel de la industria fue relevante y contribuyó significativamente al crecimiento del país. Si bien hubo una tendencia creciente que confirma la recuperación tras la pandemia, es importante destacar los factores que podrían potenciar aún más el crecimiento en este 2023.
En primer lugar está la alta demanda de vivienda en el país, relacionada con los factores que completan el panorama; una mayor inversión y el gran fenómeno de la urbanización. Esta última está generando ciudades más verticales y más densas, aunque existe una posibilidad de que el aumento a las tasas de interés afecte esta tendencia. En contraste, se espera recibir montos fuertes de inversión en obras de infraestructura vial que mejorarán nuestras carreteras, puentes y calles.
Consulta la fuente original aquí.