Skip to main content

¡Generaciones unidas por el cambio!

Creo que todos somos conscientes de la controversia en la que se ha visto envuelta la Generación Z en los últimos años, como su sensibilidad ante las problemáticas sociales, su demostración abierta de sus emociones y pensamientos, el cuidado de su salud mental sobre todo con entornos autoritarios, entre otros. Y es que hay ciertos aspectos de esta generación con la que algunas personas están de acuerdo y otras en desacuerdo. Sin embargo, un punto en el que todos podemos coincidir es en que, para bien o para mal, los jóvenes conforman una generación disruptiva e innovadora en sus ideales. 

Pero, aquí es donde me pregunto: ¿Qué sucede si, en lugar de juzgar o discutir quién tiene la razón, nos ponemos a pensar en aquellas cualidades que tienen los jóvenes del presente y que quizá no tuvimos las generaciones anteriores? ¿Y cuántas de estas características positivas son capaces de transformar el mundo y hacerlo un lugar mejor?

Puede que sea una perspectiva optimista, pero pienso que si nos detenemos a reflexionar sobre las capacidades que hacen a la juventud de hoy única, podemos obtener  una lista más extensa de la que nos imaginamos y llegar a conclusiones sorprendentes. Por ejemplo, se trata de una población con una gran capacidad de adaptabilidad y de reacción rápida y positiva a los cambios en su entorno. Son personas flexibles, y por esa misma razón, almas libres que buscan esa misma flexibilidad en sus espacios de trabajo.

Al mismo tiempo, son altamente competitivos. Al ser la primera generación en haber crecido rodeada de las nuevas tecnologías, la Generación Z tiene una mentalidad asociada a la innovación, el desarrollo y el progreso de manera innata. Los jóvenes están demostrando cómo es que son capaces de aprovechar su condición de nativos digitales para generar nuevos conceptos y oportunidades a nivel económico, político, social o cultural.

En esa línea, han desarrollado desde la niñez un agudo sentido de la intuición empresarial, al haber sido testigos de cómo tantos negocios exitosos han sido fruto de una buena idea, trabajo duro, y la ayuda de herramientas tecnológicas que jueguen a favor de ella. 

Por esa misma razón, es que los jóvenes de hoy tienden y son más arriesgados a emprender en mayor escala que sus predecesores. Además, esta nueva visión empresarial los motiva a ser bastante más exigentes con los estándares que tienen sobre sus lugares de trabajo: son conscientes de su valor, lo reconocen y lo honran. Y, a su vez, a ser menos tolerantes con los ambientes de trabajo hostiles o autoritarios.

Sin embargo, estas características, que podrían relacionarse con una excesiva ambición o arrogancia en el ambiente laboral, en la práctica se traducen en manifestaciones muy distintas. Según un estudio del Workforce Institute, la Generación Z se caracteriza por buscar el apoyo de sus jefes y supervisores, y valora mucho las enseñanzas que personas de mayor jerarquía puedan compartir con ellos. Así, este último punto demuestra que pese a ser adultos autosuficientes, tecnológicos y listos para enfrentar el mundo y hacer de él un lugar mejor, aún son seres conscientes de la sabiduría que generaciones anteriores pueden impartir. De esta forma, se transmite la cultura y los valores para una mejor cohesión, convivencia y toma de decisiones en su vida personal y laboral.

Esta reflexión me lleva a preguntarme: siendo conscientes de las múltiples diferencias que nos separan de la nueva generación, más allá de la cronológica, ¿queremos realmente seguir marcando estas diferencias generacionales? ¿O queremos ser agentes de cambio y colaborar de manera colectiva, trazando puentes que aporten a la construcción de una mejor sociedad para las generaciones futuras?

Yo voy por lo segundo. Siempre podemos dar el primer paso: proponer debates donde cada generación pueda aportar un punto de vista diferente pero igualmente valioso, que fortalezca y diversifique las conversaciones y nos dé una mirada nueva sobre nuestra realidad actual. Mediante estas oportunidades y los consensos, estoy seguro de que, en conjunto, podemos aprender unos de otros, desafiar juntos el status quo y construir un futuro brillante y sostenible para todos.