Los pisos de concreto son entornos de oportunidad para el país que queremos
Quiero comenzar este texto con una invitación para que todos los que me leen hagan un alto en la rutina de su día para imaginar. Por algunos minutos, les invito a suponer que los pisos del lugar en donde se encuentran en este momento están hechos de tierra, en lugar de baldosas, concreto, madera u otro material. ¿Es difícil, cierto? Bueno, según el censo 2018 llevado a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE) tener pisos de tierra es la realidad para el 26,5% de las viviendas en nuestro país.
Y aunque puede parecer simplemente un tema de capacidad económica, la realidad es que tener pisos de tierra es un problema con repercusiones en muchas otras dimensiones. Para empezar, esta cifra implica que por lo menos 843,958 guatemaltecos viven en condiciones propensas para que contraigan distintos tipos de enfermedades. Los pisos de tierra albergan parásitos y bacterias que pueden causar diarrea, infecciones y anemia, entre otras patologías. Situación que representa un riesgo latente para las personas y que se correlaciona con otros problemas como el de la desnutrición infantil, del que ya he hablado en otras ocasiones.
Además, y es importante que no lo perdamos de vista, el tener pisos de tierra también impacta directamente el desarrollo de Guatemala. Por un lado, presiona por una mayor asignación del presupuesto público para el pago de servicios de atención en salud que pueden ser prevenibles. Y por el otro, el tiempo necesario para la atención de las enfermedades mencionadas anteriormente, requiere que muchos compatriotas pierdan días de trabajo o escuela, afectando así los ingresos familiares y desmejorando los resultados escolares de niñas, niños y adolescentes.
Sí nuestro propósito es el desarrollo sostenible de nuestro país, no podemos perder de vista la importancia de que cada guatemalteco cuente con las bases adecuadas para aprovechar las oportunidades que se le presentan. Aunque desde la sociedad civil, Gobierno y sector privado surgen todos los días nuevas acciones para mejorar la realidad de nuestro país, si se pretende maximizar el impacto de ese proyectos y programas, todo debemos reconocer la importancia de algo tan sencillo como un piso de concreto (que muchos de nosotros damos por sentados en nuestro día a día) en el entorno de oportunidad para construir un mejor futuro.
Por lo anterior, en Cementos Progreso, firmamos el pasado 27 de julio el Acuerdo Internacional de Entendimiento para la ejecución del programa PISOS S3 Guatemala. Escenario de cooperación en el que trabajaremos de la mano de la Federación Interamericana del Cemento −FICEM−, el Instituto del Cemento y del Concreto de Guatemala −ICCG−, la Red Global de Empresarios Indígenas −REI− y Hábitat para la Humanidad Guatemala −HPHG−, para sustituir pisos de tierra por pisos de concreto en distintos países de América Latina, incluyendo por supuesto a Guatemala.
Con esta iniciativa, que fue planteada en 2020 por la industria del cemento regional buscando mejorar la salud y el bienestar de las familias más vulnerables en condición de pobreza, buscamos contribuir a la construcción del país en el que todos queremos vivir garantizando el acceso a viviendas más saludables, seguras y sostenibles.
Como empresario y ciudadano, creo que todos los guatemaltecos deben tener la oportunidad de vivir en un entorno con bases sólidas que les permita convertirse en la mejor versión de sí mismos, para facilitar que puedan ponerse al servicio del nuestro país y un mejor futuro. ¡Invito a todos los que me estén leyendo a que nos acompañen en este propósito!