Cuando el mundo sigue enfrentándose a retos sin precedentes, en una época de disrupciones económicas y políticas, ¿cuáles son aquellos motores que nos impulsan hacia el cambio, el impacto sostenible y el éxito empresarial?
Sentado en aquella sala de conferencias, mientras tenía lugar el evento del 27th Council of the Americas Symposium y el BRAVO Business Awards, no podía dejar de pensar en aquella pregunta, tratando de aplicarla a mi rol en Progreso. Me entusiasmó ver a figuras tan representativas de Latinoamérica sentadas frente a mí, conversando sobre las tendencias globales que impulsarán mayores oportunidades para la región, los desafíos para continuar el crecimiento del ecosistema tecnológico y el impulso de la agenda ESG en la región mediante la acción climática. Emprendedores apasionados, CEOs, fundadores, presidentes de compañías latinoamericanas… todos guiados por dos enfoques clave: el propósito y las personas como prioridad.
Las empresas ganadoras están impulsadas por el propósito, llegan más alto por él y logran más gracias a él. Al mismo tiempo que los competidores se preguntan y ¿por qué ganan? Un propósito atrae a los clientes, a la comunidad, a los socios, a nuestros empleados. Es lo que da sentido a todas nuestras acciones como empresa u organización. “Construir juntos el país donde queremos vivir…” propósito que lidero de la mano de miles de colaboradores que, con su talento y esfuerzo, hacen que esta industria sea tan relevante para la región; es mi motor para levantarme todas las mañanas, transmitir mi compromiso a otros y seguir generando valor, tanto dentro como fuera de Progreso.
Pero un propósito sin el compromiso de las personas, es solo un paso al vacío. A mí me gusta resaltar este punto, porque un propósito necesita a un grupo de personas que lideren por el buen camino y se aseguren de que los objetivos son cumplidos, llevando la empresa hacia el éxito. Cuando priorizamos a las personas dentro de la compañía, los resultados son mejores: hacen su trabajo con una mayor motivación intrínseca, desarrollan un sentido más profundo y un mayor nivel de compromiso, hacen un esfuerzo adicional porque simplemente quieren contribuir a una organización que se preocupa por ellos, porque juntos quieren lograr cumplir un sueño.
Algo que comenzó hace 123 años, cuando Carlos F. Novella creyó en el poder de los sueños e inspiró con su visión a muchos guatemaltecos para convertirlos en realidades.
En Progreso, juntos, vamos haciendo realidad estos sueños y poco a poco, vamos implementando acciones que contribuyen al desarrollo del país. Un tema que se destacó en las conversaciones entre los líderes del evento está relacionado con la sostenibilidad y cómo llevamos la responsabilidad ambiental más allá de los límites convencionales de nuestras actividades industriales y comerciales. La pregunta ya no es cómo las empresas pueden seguir creciendo en tiempos disruptivos o ser sostenibles. La pregunta que todos deberíamos plantearnos para contribuir al desarrollo de nuestro país es ¿cómo podemos calibrar el crecimiento y la sostenibilidad al mismo tiempo? Ni una cosa, ni la otra. Ambas.
La economía circular, por ejemplo. Para evitar el peor de los escenarios, es imprescindible adoptar la economía circular de «reparar, rediseñar, reutilizar». Además de la innovación, los cambios estructurales y la financiación, los cuales son necesarios para ver un cambio real e integrar la economía circular en las cadenas de suministro. En Progreso llevamos a cabo un proceso de coprocesamiento en la fabricación de cemento, reemplazando los combustibles de fuentes no renovables. De esta manera, contribuimos a generar una economía circular al proporcionar un servicio de gestión apropiado de desechos que sirve para comunidades, municipalidades, empresas y otros sectores.
El cambio ya está en marcha y la implementación de soluciones más sostenibles para impulsar el crecimiento y desarrollo de América Latina y el Caribe es una prioridad. La región avanza y son temas cada vez más presentes en nuestro día a día, sin embargo, aún nos queda un largo trayecto por recorrer. No es cuestión de llegar antes sino de llegar más lejos y mantenernos en ese camino, y si los líderes de hoy en día transmitimos este mensaje y enfocamos nuestro propósito en construir un país mejor, por consecuencia, estaremos cumpliendo la tarea.