
Más del 80% de los municipios en Guatemala tienen potencial para mejorar su competitividad si se impulsa su capacidad institucional, digital y de infraestructura*.
Hace unos días me volví a encontrar con un dato de nuestro Índice de Competitividad Local 2024 que no ha dejado de rondar en mi mente: 278 de los 340 municipios de nuestro país se encuentran en la categoría intermedia de competitividad, con puntajes que oscilan entre los 40 y 60 puntos.
Aunque podría interpretarse como una señal de estancamiento, este también implica una oportunidad fundamental: más del 80% de Guatemala está en una etapa clave donde un pequeño impulso podría marcar una gran diferencia. Es decir, este amplio segmento de municipios constituye un terreno fértil para un rápido desarrollo si implementamos las políticas adecuadas.
Consideremos el caso de Estanzuela, en Zacapa, que ha logrado una puntuación sobresaliente de 90.99 en el pilar Instituciones. Este resultado refleja su compromiso con la gobernanza transparente, evidenciado, por ejemplo, por su reciente integración al proyecto Municipio Fiscalizado, la cual es una iniciativa impulsada por la Contraloría General de Cuentas que fomenta la rendición de cuentas y la participación ciudadana en la fiscalización de recursos públicos.
Un entorno institucional sólido actúa como la base sobre la cual pueden prosperar otros pilares de la competitividad, como la infraestructura, la innovación y el capital humano. Al mejorar la gestión pública, fomentar la transparencia y prevenir la corrupción, los recursos se utilizan de manera más efectiva y se generan condiciones favorables para el crecimiento empresarial a nivel local. Ya que al fortalecer nuestras instituciones ofrecemos garantías a los inversores.
A su vez, pensando en casos en donde la mejora de la infraestructura han resultado en inversiones exitosas, tenemos a San Bartolomé Milpas Altas en el departamento de Sacatepéquez, municipalidad que resaltó en el pilar Infraestructura con 84.27 puntos. Para este ejemplo retrocedamos a 2021, cuando la municipalidad inició la construcción paso a desnivel de la ruta CA-01 Occidente, un proyecto de más de 6 millones de quetzales, y, para 2023, ya había beneficiado a más de 8 mil 400 guatemaltecos.
Esto refleja la razón por nuestra apuesta inquebrantable por la inversión en infraestructura, en este caso vial: una sola decisión implica la mejora de la calidad de vida de una gran parte de guatemaltecos a la vez.
Otro ejemplo notable es San Miguel Petapa del Departamento de Guatemala, que alcanzó la calificación máxima de 100 en el pilar Adopción de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). En diciembre reconocimos a la municipalidad por su gran evolución en este pilar, como en el de sistema financiero. ¿Por qué debería importarnos? Desde una perspectiva económica, un alto índice de adopción tecnológica abre puertas a nuevas inversiones y, por tanto, al desarrollo del capital humano. Las empresas buscan ubicarse en localidades donde la conectividad y los servicios digitales sean robustos ya que promueven la implementación de modelos de negocio innovadores y una expansión hacia mercados internacionales.
En este sentido, San Miguel Petapa, al fortalecer su infraestructura digital y fomentar la adopción tecnológica, no solo optimiza su gestión local, sino que también se posiciona como un destino atractivo para el desarrollo empresarial y la innovación.
Estos ejemplos nos permiten comprender que el desarrollo local no depende exclusivamente de factores exógenos, sino fundamentalmente de la capacidad endógena de cada municipio para generar condiciones propicias para su crecimiento sostenible. Es decir, el apostar en la infraestructura y modernización de servicios públicos para potenciar la efectividad de la gestión municipal de los casos presentados, ha significado superar obstáculos y avanzar hacia mayores niveles de competitividad.
Entonces, la clave para transformar la realidad de los municipios guatemaltecos radica en identificar y potenciar aquellas capacidades internas que pueden desencadenar un desarrollo sostenido. Aprovechar estas ventanas de oportunidad requiere compromiso, visión y políticas públicas que impulsen el crecimiento desde adentro, para demostrar que un pequeño impulso puede desencadenar una mayor competitividad.
*Índice de Competitividad Local (ICL) 2024. Fundación para el Desarrollo de Guatemala (Fundesa). Disponible en: https://www.fundesa.org.gt/indices-y-evaluaciones-de-pais/indice-de-competitividad-local