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Los cimientos del progreso

Por mayo 23, 2022agosto 31st, 2022Progreso, Reflexiones

IMPULSAR PROCESOS DE FORMACIÓN PARA LOS JÓVENES ES CLAVE PARA TRANSFORMAR NUESTRO ENTORNO

En el camino hacia construir juntos el país donde queremos vivir, son muchas las variables a tener en cuenta para asegurar que nuestro desarrollo garantice una estructura sólida que nos permita hacerle frente a los obstáculos y retos que se presentan en el día a día. Al igual que en la construcción de una casa, cuando se trata del progreso y el desarrollo, una buena base es esencial para garantizar que las demás etapas del proceso lleguen a buen término. Por estas razones, considero que el compromiso con impulsar las áreas del conocimiento y habilidades personales que crean un entorno favorable para que nuestra sociedad siga avanzando, debe ser prioridad en todas aquellas personas interesadas en aportar a la construcción de una mejor Guatemala.

Alineados con esta convicción, desde la Fundación Carlos F. Novella llevamos más de 30 años enfocando nuestro trabajo en el desarrollo de capacidades y la formación en valores, como herramientas para promover la transformación positiva de nuestro entorno. Esto, administrando proyectos sociales relacionados con las áreas de operación de Progreso que puedan transformar la realidad de las comunidades ubicadas en las zonas cercanas a la empresa y nos permitan crear las condiciones para la construcción conjunta de una mejor sociedad. Programas como mejores familias y Aulas Técnicas y Tecnológicas, son ejemplo de algunas de las iniciativas que nos han permitido poner en valor una de las frases por las que es recordado nuestro fundador, Carlos F. Novella: “Se vale soñar, ¿cuál es tu sueño?” y que por supuesto, nos han permitido conocer de primera mano las historias de muchos soñadores que de seguro dejarán una huella indeleble en la historia de nuestro país.

Convencido de la importancia de dar a conocer las historias de algunas de estas personas, como relatos valiosos de inspiración y orgullo para todos los guatemaltecos, he decidido desarrollar una serie de reflexiones (que iré publicando poco a poco) en las que a través de la narración de sus logros y casos de éxito espero poner en perspectiva la importancia de algunas áreas de conocimiento en el camino hacia el desarrollo y progreso de Guatemala. Desde la formación en robótica hasta el valor del servicio comunitario, considero oportuno y muy importante que nuestra sociedad impulse perfiles de liderazgo que, con su trabajo y compromiso, nos ayudan a ser mejores todos los días. 

Hoy, como nunca antes, nuestra cotidianidad se caracteriza por una línea difusa entre el mundo real y el digital. Con el paso de los años y el impulso de la pandemia, las experiencias virtuales han llegado a nuestras vidas para volverse imprescindibles. Desde las plataformas en Internet que nos facilitan algunos de los trámites que al inicio de esta década solo se podían realizar presencialmente, hasta sistemas de información que hacen más eficientes las políticas públicas de seguridad o salud; la tecnología es una herramienta esencial para el progreso de la humanidad. En este sentido, si queremos impulsar la adopción de competencias tecnológicas que nos ayuden a transformar la realidad de sectores que normalmente consideramos como tradicionales, como la agricultura, es necesario apoyar la formación de nuestros jóvenes en esta área del conocimiento. Y es precisamente en esta labor en la que quisiera enfocar esta primera historia. 

Melvin Moisés Hernández ingresó al Programa de Aulas Técnicas y Tecnológicas de la Fundación Carlos F. Novella en el año 2013, escenario en el que pudo capacitarse en computación para desarrollar sus intereses por los temas de la robótica y la tecnología. ​​“Recuerdo que al iniciar sentía que venía de la edad de piedra, era muy indagador de todo, me gustaba preguntar y los profesores marcaban el ritmo. Al estudiar diversificado no me costó la computación”, dijo en el año 2019 durante una visita de seguimiento de la Fundación. Gracias a su buen desempeño, al culminar su formación académica como Bachiller Industrial y Perito en Electrónica con orientación en microprocesadores, continuó siendo parte del Programa como colaborador. 

En esta nueva etapa de su vida, a Melvin le fue asignado el grupo de San Juan Las Flores, en donde imparte computación a estudiantes de primaria, así como proyectos electrónicos y robótica educativa a estudiantes de nivel básico. En este escenario construyó el logro de llevar en el año 2018 a un grupo de estudiantes a participar en la First Lego League, en donde fueron acreedores del primer lugar en manejo del robot. Este premio ratifica, sin lugar a duda, la importancia de inculcar en las nuevas generaciones el interés por estas áreas en las que pueden desarrollar todo su potencial. “Lo más bonito fue el apoyo que ellos se dan entre los mismos compañeros, el triunfo de los del año pasado sirvió para motivar a los actuales a participar en esta competencia”, celebra Melvin.

Procesos de formación como este, dan cuenta de la forma en la que la inversión en este tipo de oportunidades para nuestros jóvenes tiene el potencial para crear las condiciones con las que todos los guatemaltecos podemos beneficiarnos. Al formar a perfiles de liderazgo como Melvin, podemos impulsar un círculo virtuoso en el que las nuevas generaciones tengan referentes en los cuales puedan inspirarse para seguir aprendiendo y aplicando el conocimiento para beneficio de todos. Al generalizar la formación en tecnologías, estamos sembrando la semilla para que los futuros ciudadanos puedan ir más allá en los procesos de desarrollo de soluciones y se haga cada vez más difusa la frontera entre la realidad y la virtualidad, transformando procesos y maneras de hacer las cosas en espacios en nuestras vidas que quizás hoy no imaginamos.  

En mi siguiente entrega, contaré la historia de otros jóvenes guatemaltecos que, inspirados por la formación que recibieron gracias al acompañamiento de nuestra Fundación, han desarrollado programas de interés comunitario, iniciativas en las que se hace evidente la importancia de servir a los demás para construir una sociedad más próspera para todos.