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La vulnerabilidad de nuestro recurso hídrico

¿Qué pasaría si nuestro planeta se quedara sin agua?

Sin duda las consecuencias serían altísimas como la falta de alimentos, el aumento de enfermedades, el alto índice de pobreza, las migraciones masivas y los conflictos entre naciones, una desestabilidad mundial. Sobre todo, afectaría la supervivencia y calidad de vida de las personas ya que estamos compuestos por un 65% de agua. Por tanto, es responsabilidad de todos cuidar este vital elemento natural de nuestro planeta.

De esta manera, es propicio revisar algunas estadísticas sobre cómo Guatemala, siendo considerado un país rico en recursos hídricos por los 97 mil 120 millones de metros cúbicos de agua que transcurren en el territorio anualmente, se estima que el 90% de este recurso se encuentra contaminado. Ante esto, es necesario abordar esta problemática mediante el desarrollo de proyectos e infraestructuras adecuadas entre las diversas entidades.

El desarrollo de proyectos que impulsan la gestión hídrica

En ese sentido, AGuatemala es un trabajo colectivo desarrollado por el Departamento Estratégico de Gestión Ambiental (DEGA) de Cementos Progreso junto a la Escuela Regional de Ingeniería Sanitaria (ERIS) de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Este proyecto ofrece una solución para el saneamiento de aguas residuales aprovechando la planta vetiver, proveniente de la India, como agente biológico, junto a los filtros permeables a base de concreto.

Así se combina la tecnología verde y gris, fácil de ser adaptada a las características topográficas  y climáticas de la región. Solo en el proyecto piloto que duró aproximadamente 930 días, se dio tratamiento a 16 millones de litros de dicho recurso residual en la Colonia Aurora II. Adicionalmente y como subproducto de esta innovación, las hojas de vetiver al ser resistentes y moldeables se pueden utilizar para trabajos de mueblería, artesanías y productos decorativos. Es decir, este proyecto no solo promueve el reuso de las aguas tratadas sino que genera un impulso en la economía de las comunidades.

En esta línea de trabajo, es gratificante que continuamente se modernicen y ejecuten más plantas de tratamiento como lo está realizando el gobierno junto a las municipalidades. Los cuales tienen como meta para el 2031 tratar el 100% de las aguas residuales por lo que es esencial contar con una infraestructura óptima y que se cumplan con todos los procesos y parámetros establecidos.

Asimismo, con el compromiso de Progreso en ser líderes ambientales en los países en donde operemos, es esencial emplear un sistema de gestión hídrico en sus procesos. Por ello en las plantas de cemento se implementaron circuitos cerrados de enfriamiento que permiten reusar el agua de forma indefinida hasta su evaporación. Según nuestro último reporte de sostenibilidad,  “Cementando el futuro”, se logró un 95% del cumplimiento de los planes establecidos de gestión en todas las operaciones.

Por otro lado, al observar la gran cantidad de residuos que contaminan las aguas del río Motagua, se realizó el proyecto “Quetzalito”, trabajo colaborativo con el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN). Acá se clasificaron los desechos para coprocesarlos en la planta San Miguel de Cementos Progreso; de esta forma, se extrajo  y revalorizó enérgicamente 368.9 toneladas de residuos y desechos sólidos.

Considero fundamental continuar trabajando armónicamente con el medio ambiente desde el ámbito público y el privado. Para esto es necesario implementar proyectos e iniciativas alineados a una gestión ambiental sostenible, cuidando la limpieza y reuso del agua, evitando las descargas. Es responsabilidad de todos cuidar este recurso vital y generar mayor conciencia sobre las posibles consecuencias. Hagamos juntos cada día un mundo más sostenible.