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Innovación social en Guatemala

Por julio 15, 2021octubre 19th, 2022Reflexiones

LAS ALIANZAS PARA EL DESARROLLO Y LA INNOVACIÓN SOCIAL NOS PERMITEN EJECUTAR IDEAS DISRUPTIVAS Y HACERLAS SOSTENIBLES EN EL TIEMPO

Muchas veces, la mejor solución para un problema es la más sencilla. Sin embargo, cuando se trata de progreso, el mejor futuro se construye cuando, además de ofrecer soluciones sencillas, nos preocupamos por dedicar nuestros esfuerzos a cambiar vidas y construir legado para los demás.

Por empresas como Kingo, reconozco que estos procesos de innovación social son una herramienta fundamental para mejorar la calidad de vida de todos en Guatemala. Esta empresa es el ejemplo perfecto de cómo las alianzas para el desarrollo pueden convertirse en catalizadores de soluciones disruptivas construidas a la medida de las comunidades. Garantizando no solo una mayor adopción por parte de las mismas, si no también, facilitando la agregación de intereses con otras organizaciones y empresas motivadas a dejar huella. 

Con su oferta de valor, han iluminado con tecnología y eficiencia las noches de más de 4,583 comunidades en condición de vulnerabilidad. A través de un servicio sostenible y económico de energía solar que les permite obtener electricidad a personas en territorios a donde el Estado y la mayoría de nosotros no llega. Motivados no solo por su propósito de iluminar al mundo, si no también por la suma de esfuerzos y acompañamiento de otras organizaciones, públicas y privadas, nacionales e internacionales.

Innovación social: La mejor aliada para el progreso y desarrollo de Guatemala

El acceso a energía eléctrica en zonas remotas es tan solo uno de los ejemplos de un problema en nuestro país que se puede solucionar con el compromiso y mediante la cooperación de muchos actores: la sociedad civil, la iniciativa privada, las instituciones públicas. Como ese, hay muchos otros desafíos que podemos trabajar.

Yo me di cuenta del potencial de Kingo y de los diferentes desafíos que puede llegar a vivir una comunidad simultáneamente, cuando un hijo de un amigo que trabajaba en este emprendimiento me contó que visitaba todas estas comunidades, y que así buscaban entender realmente sus necesidades. Él me explicó que el tiempo de su visita a estos pueblos o áreas con dificultades sólo podía extenderse lo que le duraba el agua que él mismo llevaba, porque ahí no tenían agua potable suficiente. Es decir, además de la energía eléctrica, hacen falta otros recursos básicos.

Por eso, desde Cementos Progreso y con el apoyo y acompañamiento de Federación Interamericana del Cemento (FICEM), la Red de Empresarias Indígenas, Instituto del Cemento y del Concreto de Guatemala (ICCG) y Hábitat, hemos desarrollado desde el 2009 la estrategia pisos saludables. Con este proyecto,  hemos firmado la carta de aceptación para trabajar con el proyecto y hemos puesto en marcha la primera capacitación de los 30 beneficiarios de las comunidades. En seguida, ya en las próximas semanas queremos lograr el objetivo de cambiar el piso de tierra por piso de concreto (36 metros cuadrados cada uno) de 30 hogares de comunidades en desarrollo en San Juan Sacatepéquez. De esta forma, tenemos la expectativa de hacer la diferencia en la experiencia de esas familias, hacia una vida saludable, luchando contra una serie de complicaciones gastrointestinales y respiratorias, que pueden empeorar incluso casos los de desnutrición.

Como empresario, estoy convencido de la responsabilidad que tiene el sector privado de crear las condiciones para el desarrollo de todos los Guatemaltecos.  No solo a través de la generación de empleo, el apoyo a  programas de responsabilidad social corporativa o la sostenibilidad de los negocios. Sino también, a través del desarrollo de estrategias y alianzas que contribuyan a la innovación social en nuestro país.

Desde Progreso, se seguirá trabajando en esta iniciativa en las próximas semanas y meses hasta lograr el objetivo de cambiar sus pisos de tierra por pisos de concreto en hogares de esta comunidad.