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La paradoja que vivimos: avanza la infraestructura y retrocede la digitalización

Desarrollar una estrategia digital nacional para acelerar el crecimiento del país

En la era donde el mundo se mueve a velocidad de click, Guatemala vive una contradicción alarmante: avanzamos en infraestructura, hecho que es sustancialmente clave, pero perdemos terreno en el mapa digital. El Índice de Competitividad Local 2024 revela una realidad preocupante: aunque más de la mitad de nuestros municipios fortalecieron su infraestructura física, 325 comunidades retrocedieron en la adopción de tecnologías digitales.

Esta brecha no es solo un número en un informe. Es la diferencia entre el estudiante que accede al conocimiento global y el que queda limitado a recursos locales. Es el emprendedor que conquista mercados internacionales frente al que no puede ni mostrar sus productos en línea.

La digitalización no es un lujo. Mientras Centroamérica lucha por no quedar rezagada en la economía global, cada municipio que pierde terreno digital representa miles de oportunidades perdidas para sus habitantes. ¿Qué futuro construimos cuando pavimentamos carreteras pero olvidamos tender las redes digitales que conectan a nuestras comunidades a más oportunidades de desarrollo con el mundo?

Este panorama es preocupante. En 2023, 304 municipios avanzaron digitalmente, pero ahora la tendencia se ha revertido. Muchos municipios que gestionan eficientemente su infraestructura carecen de una estrategia paralela de digitalización, lo que evidencia la falta de planificación estratégica. La adopción de TICs no es solo un complemento tecnológico, es un catalizador fundamental que optimiza la prestación de servicios básicos como la educación, salud, transporte, entre muchos otros.

Cada día que posponemos la transformación digital, cientos de comunidades pierden terreno en la economía global. Un avance significativo ha sido la digitalización de 187 trámites gubernamentales gracias a la Ley Antitrámites, lo que ha permitido reducir la burocracia en un 30%. Sin embargo, aún hay más de 115 proyectos digitales distribuidos en 15 instituciones del Estado que carecen de coordinación efectiva. Esa es la paradoja: avanzamos pero al mismo tiempo retrocedemos. Es necesario contar con una estrategia digital nacional que integre estos proyectos, establezca objetivos claros y garantice su implementación eficiente.

Mientras se debate sobre el tema, alrededor de 7 millones de guatemaltecos aún no tienen acceso a internet siendo las comunidades rurales las más afectadas. Esta exclusión paraliza el desarrollo, si no impulsamos una estrategia digital inclusiva, los avances seguirán concentrándose en la Ciudad de Guatemala y Quetzaltenango, dejando rezagadas a muchas regiones con gran potencial. Para cerrar esta brecha, es necesario un esfuerzo conjunto entre el sector público y privado.

Fomentar el emprendimiento y la innovación es crucial para fortalecer el ecosistema digital del país. La creación de programas con incentivos financieros para startups y empresas tecnológicas puede ser un primer paso. 

Guatemala debe continuar apostando por proyectos y normativas que impulsen la digitalización. El camino hacia un país 100% digital presenta grandes desafíos, pero con un trabajo coordinado entre todos los sectores, es posible alcanzar la meta.