Para comprender lo que significa una cultura del emprendimiento, es necesario entender ¿qué es ser emprendedor? Los emprendedores son aquellas personas que identifican una necesidad de consumo y aprovechan la oportunidad presente en el entorno. A partir de ahí, los emprendedores, crean una idea innovadora y deciden optimizar todos los recursos necesarios para poner en marcha su futura empresa. Explicar este concepto en un par de líneas es fácil, pero en la práctica ser uno de ellos no es sencillo. Emprender implica asumir riesgos, que muchas veces son altos, y también obstáculos que en algunos casos pueden desmotivar. La pandemia es el mejor ejemplo para describir un obstáculo porque, definitivamente, nadie la vio venir.
Las personas emprendedoras se caracterizan por ser apasionadas en su negocio o su idea, innovadoras al momento de buscar soluciones, perseverantes ante las dificultades, determinadas para conseguir sus objetivos propuestos y visionarias estratégicas para su plan de negocio. En este sentido, la cultura del emprendimiento tiene como objetivo formar personas cuyas competencias estén orientadas al desarrollo de proyectos, que puedan identificar oportunidades y desarrollen valores de superación para su logro profesional, personal, económico y social.
Según el Monitor Global de Emprendimiento, en Guatemala, 9 de cada 10 personas consideran que emprender es una buena oportunidad, por lo que estamos frente a un terreno fértil, donde las personas entienden el valor del emprendimiento y consideran que es una opción totalmente viable. Sin embargo, no podemos quedarnos solo con esa idea, debemos llegar a la acción.
Entendiendo que el emprendimiento es bueno y necesario, la cultura emprendedora debe ser cimentada desde las escuelas, como parte integral de la enseñanza, donde los niños y niñas de Guatemala aprendan que la creatividad no tiene límites.
Para mí, un gran referente emprendedor es mi bisabuelo, Carlos F. Novella, quien fundó «Cementos Progreso», en ese entonces bajo la denominación de «Carlos F. Novella y Cía». Él formó una pequeña sociedad para inaugurar la producción del cemento, con una gran visión en el campo empresarial y responsabilidad social. Conforme pasaron los años, afrontó muchos retos con perseverancia, ética y solidaridad, valores que se han trasladado de generación en generación para llegar hasta donde nos encontramos hoy, una empresa multilatina con presencia en siete países de la región.
Asimismo, desde la Fundación Miguel Torrebiarte S., tenemos la convicción de que la creatividad es un excelente motor, y tenemos un compromiso con el desarrollo comunitario de nuestra nación, por eso brindamos becas al “Centro Educativo María Auxiliadora”, ubicado en Raxruhá, donde 5 jóvenes aprenderán todo lo necesario para comenzar su propio negocio. De igual forma, los estudiantes del Instituto María Lantzendorffer podrán comenzar sus emprendimientos, luego de su graduación, a raíz de una contribución que cubre los honorarios de los docentes especializados, además de la donación de herramientas para las prácticas de los alumnos.
En este proceso de impulsar nuevas ideas, es importante también entregar apoyo financiero a proyectos de diversos rubros para llevarlos a cabo y generar un impacto positivo. En Progreso X tenemos la finalidad de hacer realidad lo imposible, a través de un programa que potencie las startups. Actualmente, estamos en la fase final del Exponential Changemakers 2022, enfocando nuestros esfuerzos en la construcción a partir de las capacidades de cada territorio. Así podemos promover la creación de más emprendimientos y generar mayor estabilidad económica.
Más allá del aporte del sector para impulsar el emprendimiento, tal cual como en muchos países existe un ecosistema económico, político, de salud, social y comunitario, impulsar un ecosistema de emprendimiento es igual de importante, ya que se generan sinergias entre los actores involucrados en el proceso de crear un emprendimiento y su evolución en el tiempo. El rol del Estado, el Gobierno, el poder legislativo (marco regulatorio), las empresas privadas y fondos de inversión, entre otros actores, es fundamental.
Diseminar este tipo de cultura en nuestra sociedad es parte de todo lo bueno que podemos hacer por potenciar nuestro país, a las comunidades, a nuestros jóvenes y sus sueños. El emprendimiento solidifica una economía fuerte y estable que atrae negocios e inversión.