La solución a las brechas de productividad en Guatemala comienza por potenciar a las ciudades intermedias como fuente de desarrollo
Desde que era muy joven y acompañaba a mi padre a la oficina, he visto de primera mano cómo la simbiosis con las comunidades es fundamental para que generemos valor. El crecimiento de nuestro entorno no es un valor añadido, es el único camino para hacer país mediante nuestro trabajo.
He estado involucrado en el impulso de iniciativas relacionadas a las ciudades intermedias, que son entornos fascinantes para explorar proyectos de desarrollo local, además de ser una vía de prosperidad para comunidades apartadas. Además, las ciudades intermedias son una llave para el desarrollo en nuestro país. Según el informe: “El lento ascenso y súbita caída de la clase media en América Latina y el Caribe”, publicado por el Banco Mundial en mayo del presente año, en Guatemala 4 de cada 5 trabajadores se encuentra en la informalidad. Esta cifra es especialmente alarmante si tenemos en cuenta que el 48,2% de la población en nuestro país vive en la zona rural, y por ende, en medio de un mercado laboral que tiene bajos niveles de productividad, infraestructura deficiente y poco acceso a oportunidades de desarrollo.
Lo anterior es un problema para Guatemala ya que se da en medio de un contexto en el que el desempleo subió entre 2019 y 2020, contribuyendo a aumentar las brechas de productividad y promoviendo un escenario de desigualdad para aquellos guatemaltecos que están próximos a llegar a su edad productiva. Dificultando así que nuestro país tenga condiciones óptimas para construir progreso en el mediano y largo plazo.
De mantenerse estas tendencias, nos enfrentamos a un escenario en el que el crecimiento económico se puede estancar y la productividad de nuestra actividad económica baje. Sin embargo, es importante resaltar que en medio de estos problemas, La solución a las brechas de productividad en Guatemala puede solucionarse si las ciudades intermedias de nuestro país que tienen el potencial para convertirse en centros de desarrollo, y pueden apalancar el propósito común de que todos los ciudadanos en Guatemala alcancen un nivel de vida digno.
Estas ciudades son centros poblados con un cierto grado de especialización en servicios y con zonas de influencia mucho más reducidas que las de un área metropolitana como Ciudad de Guatemala; tales como Ciudad de los Altos, Ciudad de las Verapaces y Ciudad de Guatemágica.
Si logramos equilibrar la atracción de inversión, la presencia estatal, y robustecer proyectos de infraestructura, estaremos creando un entorno de oportunidad para la consolidación de cadenas de valor que incluyan a la población desempleada y fomenten la formalización laboral en estas zonas. Construyendo, por tanto, una senda de progreso que tenga como pilar fundamental la inclusión de las comunidades vulnerables y la promoción de la cohesión social.
Pero, ¿cómo podemos convertir a las ciudades intermedias en un enclave de desarrollo?
Uno de los principales mecanismos es la ejecución de programas y sinergias que contribuyan a fortalecer la preparación para el trabajo en los jóvenes que viven en estas zonas de Guatemala. Promoviendo la creación de una oferta de capital humano que justifique y atraiga la inversión en los territorios y consolide la presencia del Estado y de sus servicios a la población.
Desde el 2018, y en el marco del conversatorio “Modelos de cobertura y calidad para los jóvenes en ciudades intermedias”, se han venido construyendo propuestas concretas que aporten a este proceso, tales como el Bachillerato en Ciencias y Letras con orientación en emprendimiento con modalidad flexible (de la Fundación Carlos F. Novella de Progreso) o el programa El inglés puede cambiar una vida. Con el primero se logró construir un currículum de formación académica que responde a las exigencias de la sociedad actual y las tendencias de la globalización, dando a los estudiantes la oportunidad de desarrollar habilidades y destrezas para la productividad y el emprendimiento. Con el segundo, la industria del BPO en Guatemala ofrece cursos intensivos del idioma inglés, creados para preparar a los jóvenes para el trabajo en este sector de la economía.
Iniciativas que además de formar a los jóvenes de estas ciudades también contemplan mecanismos para que accedan a un empleo formal cuando culminen.
Con este tipo de iniciativas estamos contribuyendo a que cada persona beneficiaria pueda mejorar su calidad de vida y al mismo tiempo active la dinámica económica de su comunidad. Cuando un joven accede a un empleo formal, con su talento, crea cadenas de valor para otros miembros de la comunidad al consumir bienes y servicios producidos localmente, y también, ayuda con sus impuestos a financiar el gasto del Estado en atención a las necesidades del territorio.
Potenciar a las ciudades intermedias es un camino potente para equilibrar la cancha para todos los guatemaltecos, acercando las soluciones a las comunidades que lo necesitan y creando oportunidades para que cada ciudadano asuma el protagonismo en el desarrollo del país.